Día diecisiete
de
abril, de mañana
toda
la familia
nos
fuimos a Francia.
Cerca Perpignán
en
una gran casa
que
más es palacio
con
enormes salas.
Allí está la Nieves
que
mi doble hermana
se
halla de monja
con
otras hermanas.
ya las conocemos
de
otras jornadas
lo
buenas que son,
lo
bien que nos tratan.
A mi hermana Nieves
la
semana pasada
ya
le había escrito
una
larga carta.
Ponía y decía
de
forma bien clara
que
iríamos todos
para
festejarla
Y celebrar juntos
con
todas hermanas
los
dos cumpleaños
el
mío y mi hermana.
Con dos coche fuimos
ligeros
de marcha
por
esa autopista
que
conduce a Francia.
Director y monjas,
decía
en mi carta,
se
encarguen del vino
y
también del cava.
Nosotros llevamos
carne
y butifarradas
y
una ensaladilla
qué
buena que estaba.
Y cuando llegamos
ya
nos esperaban
todos
muy contentos,
todas
nos besaban.
Con el Director
el
Jesus se marcha
para
hacer fuego
¡menuda
fogata!
Cuando yo llegué
la
leña chirriaba
daba
gusto verla
con
aquellas ascuas.
En grandes parrillas
que
allí se encontraban
mis
yernos ponían
carne
para asarla.
El Director y yo
fuimos
a la casa
¡menuda
sorpresa!
mesa
preparada. |
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Para
describir
aquella
gran sala
lo
hermosa que era,
el
saber me falta.
Sólo sé decir,
lo
digo sin tacha,
es
comer allí
para
dar las gracias.
Asada la carne
y
las butifarras
en
grandes bandejas
las
traen tapadas.
Allí se bendice
con
Fe y confianza
para
buen provecho
a
todos nos haga.
Después de comer
con
gran algazara
los
nietos salieron
al
patio, y jugaban.
Y aunque hacía frío
y
el viento soplaba
los
unos corrían,
los
otrs chillaban.
Mientras los chiquitos
muchas
vueltas daban,
mi
hija Dolores
fotografiaba
con
el toma-vistas
fuera
de la casa.
Había una monja
en
años entrada
no
digo que es vieja
que
luego se enfada.
Se llama Sabina
y
es de Navarra
¿Qué
valiente es!
¡Y
qué resalada!.
Los grandes quedamos
allí
de cacharra
estando
sentados
en
finas butacas.
Y la chimenea
de
mármol tallada
con
troncos de roble,
bien
nos calentaba.
A chicos y grandes
nos
llevó mi hermana
a
ver el palacio
sin
dejarnos nada.
Por ancha escalera
y
finas barandas
llegamos
muy pronto
a
las grandes salas.
En estos salones
yo
me imaginaba
que
en tiempos pasados
las
fiestas que daban.
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Al
son de los valses
la
gente bailaba
¡Qué
cosas se ven
mirando
a distancia!
Por escalerita
caracol
y larga
subimos
arriba
hasta
la terraza.
Pasamos las golfas
oscuras
y largas
donde
allí los nietos
con
risas y chanzas
decían
que sitio
era
de fantasmas.
En todo lo alto
con
una mirada
se
ve Perpignan
estirada
y larga.
Como hace más frío
y
el viento soplaba
sacamos
dos fotos,
y
el primero baja.
Llegamos muy pronto
a
primera planta
allí
está la lumbre
con
su buena llama.
El nieto pequeños
que
Jordi se llama
le
cogían todos
y
nunca lloraba.
Y la Mireíta
con
cara rosada
daba
gusto verla
lo
guapa que estaba.
Jesús y David
muy
bien se portaban
disfrutaron
mucho
riendo
con gana.
Estamos sentados en grandes butacas
con
el fuego al fondo
¡Qué
bien que se estaba!
Todo se termina
el
tiempo se pasa
hay
que prepararse
y
emprender la marcha.
Ya nos despedimos
de
las cuatro hermanas
y
del Director
que
es persona grata.
Dentro de los coches
el
motor en marcha
todos
nos saludan
con
la mano alta.
QUEDANDO
LA IMAGEN
PARA
QUE MAÑANA
MIS
NIETOS QUERIDOS
PUEDAN
RECORDARLA |