Dichas corrientes, lanzan al exterior algo todavía no identificado, que al entrar en contacto con el cuerpo humano, llega hasta la célula, donde se entabla el campo de batalla de muchas dolencias.

            Pues bien: hay casas antiguas, (que teniendo por suelo la misma tierra o piedra donde se asientan), en las que las diversas generaciones que las han habitado, se han visto afligidas por enfermedades difíciles de explicar. Entra en la posibilidad, de que las causas de este desajuste, podría ser originado por la radiación de dichas ondas, que, en el citado caso, serían las causantes de provocar un desequilibrio vibratorio en los microorganismos vivos. Estas anomalías pueden ser originadas por corpúsculos o material sutil, de naturaleza aún no determinada, y que se alzan verticalmente del subsuelo, según la anchura de la corriente de agua (que en el subsuelo discurra bajo la casa habitada); y no hay duda de que dichas ondas, si se está en continuo contacto con ellas, son definitivamente nocivas para la salud.

Autor: Pausilipo Oteo