Pausilipo Oteo Gómez                     autobiografía                  página      131

 

 Decía en mi página 130 que nos habíamos parado  para comer en Aranda de Duero  y que nos sirvieron lo típico de esa  zona que es cordero  asado.    Después de comer  y ya en marcha con la furgoneta , al pasar por la plaza del pueblo  me llegó a la memoria la vergüenza que pasaría, Juan Martín  el “Empecinado “  montado en un carro y dentro de una jaula de hierro, por  mandato del Rey Fernando  VII  por el que tanto había luchado al mando  de diferentes   partidas de guerrilleros.  El “ Empecinado “  lo mismo que otros patriotas , lucharon con la única idea  de expulsar del territorio patrio a las huestes de Napoleon.

 

  En estas y otras cavilaciones seguimos carretera adelante  con dirección a Peñaranda y después de pasar por diferentes pueblos, llegamos a Alcubilla de Avellaneda. En dicho pueblo tenía yo un gran amigo de los tiempos de la mili;  Pregunté a un Sr. que pasaba por la calle, y me dijo que  el citado, al ser Alcalde , tenía que estar en unos oficios que hacían en la Iglesia. (Hay que tener en cuenta que estamos en Viernes Santo del año 1944, y todo lo relacionado con el Agua Bendita  en aquella  época , era muy serio) . Las seis de la tarde serían y como teníamos mucho tiempo para ir a nuestro pueblo, entramos en la Iglesia con el fin de oír los oficios, y más tarde , al salir, saludar al amigo. Se alegró mucho al verme  , y a sus ruegos insistentes no hubo más remedio que ir a su casa; más tarde se empeñó en que teníamos que ir a  la bodega a merendar. Le dije una y otra  vez que nuestro deseo era llegar lo antes posible a nuestro pueblo, que la familia al saber que llegamos el viernes nos estarían esperando. Nada, no  hubo manera, todo inútil, mandó a la mujer que sacara de la orza unos chorizos con lomo revueltos, que los metiera en la fiambrera, y   a la bodega que estaba cerca de la casa.

 

    Que bien y con  que tranquilidad merendamos, las cubas al alcance de la mano, y el vino en la bodega, con su famosa chispita, que cuando bebes en jarro, el bigote te salpica; terminada la merienda después de despedirnos del matrimonio con un fuerte abrazo, al mismo,  tiempo que les decíamos que al verano iríamos a  comer  un día Aranda cordero asado.

 

   Sin más emprendimos la marcha  camino de nuestro pueblo, Santa María de las Hoyas tardaría en llegar una media hora.  Al ver  mis suegros y los vecinos la furgoneta por ser el primer vehículo de motor  de un matrimonio nacido en dicha localidad , les pareció bien y cada uno sacó sus conclusiones. Una vez pasados los saludos y parabienes del momento, aquello se quedó tranquilo, pasamos en familia al comedor y allí toda la conversación estaba dirigida a las niñas..

 

  Se pasaban las horas , llegó el momento de la cena, y terminada ésta, esperamos a las 11 de la noche que se hacía el entierro de Jesús, y se salía en procesión con la Virgen de los Dolores,  Se llegó a la carretera o sea a la calle principal, con total silencio y sin novedad, una vez en el Puente de  Valle Quemado, era la costumbre  de todas las procesiones, no pasar el arroyo, que se dejaba la carretera  para entrar en la otra calle paralela. Pero aquella noche, algún mozo se empeñó que la Virgen y por lo tanto los acompañantes, siguieran la carretera adelante hasta dar la vuelta por la casa del médico, con el fin de que la imagen viera la casa de uno de los mozos. La cosa es que unos para delante, otros para atrás, se armó tal  alboroto, tanto, que a la imagen la zarandeaban que hubo momentos que pensé que se caería de las andas , y yo que sabía que era de escayola  me imaginaba lo peor.  Por fin hablando el Sr. Cura a los contendientes aquello se apaciguo y la procesión siguió adelante por el sitio de costumbre Terminó la procesión sin novedad, una vez en la Iglesia se hicieron los oficios correspondientes al ya citado día Seguidamente el Sr. Alcalde y concejales junto con las personas más representativas  se trasladaron al Ayuntamiento  a tomar una limonada como de costumbre  del citado día. A mí  me invitaron personalmente. En las conversaciones que fueron de diferentes clases, no se mencionó el asunto del Puente  de  Val Quemado              .FIN DE LA PAGINA 131