Con estos y otros quehaceres nos llega el sábado anterior al Domingo de ramos, que por la mañana temprano emprendimos la marcha hacia Valencia, en las afueras de Barcelona nos pararon dos individuos con sus correspondientes letreros en las solapas, diciendo que si éramos turistas. Se conoce que estaban haciendo una encuesta, con el fin de saber como vivían los españoles por aquella época.
Pasamos por el centro de Barcelona sin novedad, cuando llegó la hora de comer echamos mano de la fiambrera y demás y al arrimo de un buen árbol entre sol y sombra, comimos bien y en armonía. A la burra ya la habíamos metido en el depósito 100 pesetas al salir por la mañana en Gerona.
Al llegara a Valencia buscamos y encontramos una pensión con un cobertizo donde se podía dejar la furgoneta sin peligro de rateros ,una vez que el fondista dejó el portón abierto , se metió el vehículo donde anteriormente se suponía que serviría para cuadra de caballos de herraduras , y por lo que se podía ver ahora servía para caballos ----pero de ruedas.
Seguidamente nos enseñó las dos habitaciones que debíamos de ocupar. Y a primera vista parecían confortables, por lo tanto subimos las maletas, con el fin de que a la mañana siguiente podernos asear, pregunté a que hora la cena, dijo que de 9 a 10,5, nos lavamos la cara y fuimos a conocer un poco la capital ya que era pronto para quedarnos en la pensión.
Dando vueltas y sacando alguna foto con una máquina que yo me había comprado en Francia, en el camino de regreso a la pensión, pensamos en comprar un kilo de naranjas en la creencia que serían baratas y buenas ya que estábamos en la zona que se producían, pasamos por una tienda y un letrerito colocado en lo alto de un montón de naranja decía : ------ a 3 pesetas----- entramos , pedimos un kilo y cuando voy a pagar le don las tres pesetas, me dice que son 6 , ya que el medio kilo vale 3 pesetas .---------- por no parecer mal le aboné lo que pedía. No había visto un caso semejante y además tratándose de naranjas en Valencia.
Cuando llegamos a la pensión, ya había comensales en las mesas, nosotros nos colocamos en una de 4 plazas, nos sirvieron bien y pronto, a la mañana siguiente al pedir la cuenta de todo , me pareció correcto.
Seguidamente, puse el motor en marcha y saliendo a la carretera general a un kilómetro a la derecha, se hallaba el desvío para Guadalajara. Tanto tiempo llevaba sin ver un coche o persona, que me pareció que aquella carretera no iba a ningún sitio, consulté con un mapa de carreteras que para aquella época era bueno, y todo estaba en orden. Por fin veo unas ovejas , y como donde hay ovejas debe de haber pastor y a este que estaba tumbado en un barranco , hube de llamarle a grandes voces, al mimo tiempo que le decía si aquella carretera iba a Guadalajara, me contestó que hay un barco más adelante esperándonos; me quedé un poco confuso, mas atendiendo a su contestación seguimos adelante, y cuando llegamos a lo alto del otero, divisamos en el fondo un gran lago , que al otro lado se veía como una plataforma de barco, llamé a voces y salió uno con un a modo de megáfono diciendo---- que estaban comiendo que ahora vienen.
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