CÓMO ERA LA VIDA EN NUESTROS PUEBLOS ANTES DE QUE LLEGARAN LOS TRACTORES

LA GENTE.


           Las gentes en aquella época eran muy laboriosas, en invierno si el tiempo lo permitía, se dedicaban a traer piedra, picarla y hacer sillería que en su día serviría  para las esquinas de la nueva casa, o para arreglar el aprisco donde se guardaba el ganado sobre todo lanar.  En otoño, uno de los trabajos prioritarios consistía en proveerse de leña  para pasar el invierno; se necesitaba mucho, bien fuera para cocer la comida de las personas, o el caldero de los cerdos, ya que normalmente cada vecino tenía uno o dos, que se habían comprado en agosto, con el fin de hacer la matanza en Navidades, por este motivo las chimeneas  estaban echando humo desde el amanecer hasta altas horas de la noche.

LAS VIVIENDAS


            Las viviendas  parecía que estaban cortadas por el mismo patrón, me estoy refiriendo a la mayoría : un pasillo a la entrada, habitación a la derecha, cocina a la izquierda, siguiendo el pasillo se llega al comedor, y normalmente, al lado izquierdo de la pieza se hallan dos alcobas, con sus correspondientes cortinas para quitar la vista del comedor. Estas viviendas en invierno eran calientes y en verano frías, el motivo estar fabricadas en su mayor parte  con  "adobes ", o sea ladrillos de tierra y paja  muy resistentes  a las inclemencias del tiempo, los tabiques de las habitaciones normalmente también, se hacen con el mismo material por la parte interior,  con el mismo barro se revocan las paredes y una vez secado todo se "enjalbegan"  con una especie de  caolín blanco, y en el portal, dan un rodapié  del mismo  caolín pero rojo. Al no existir esta clase de tierra en su pueblo, se encargan algunas mujeres de los pueblos limítrofes, de proporcionárselo haciendo cambio con alubias u  otro género comestible.

LAS  CASAS

           Las casas por lo general son de "adobes" la piedra la emplean para las esquinas o algún puntal en el centro, Cuando las labores del campo les dejan dar un respiro, se busca tierra magra normalmente cerca del pueblo, si no está hecho el hoyo de otras veces, se quita la yerba que  tiene que emplear el citado hoyo, se cava la tierra que nos haría falta, con arreglo a los "adobes" que se necesitan, se llena de agua la tierra ya movida, seguidamente se echa  paja un poco larga, todo unido paja y tierra se amasa con los pies,  una vez que el conjunto está totalmente homogéneo, se procede con un caldero u otro recipiente cualquiera,  a llenar el molde de dos o tres departamentos, que se halla cerca de donde tenemos la masa, anteriormente el molde se había rociado bien con agua, con el fin de que la masa no se pegue una vez llenos los moldes, se aprieta con las manos, y por la parte superior, se allana  para que queden uniformes todas las piezas que se hagan, seguidamente valiéndonos de las asas se levanta dicho molde, quedando  para que se sequen las piezas semejantes a ladrillos grandes, cuando el sol  y el viento las seca por la parte de arriba, se les da la vuelta con el fin de que todas las piezas se sequen totalmente. Cuando se comprende que están aptos para el transporte, bien sea con  una carro o con caballería, se llevan al cobertizo de la casa, se dejan bien apilados como ladrillos esperando que llegue el momento de su empleo, bien sea  para arreglar la vivienda o hacer otra nueva.

EL  VESTIR

        Para trabajar en el campo incluso por la casa,  los hombres llevaban pantalón y chaqueta de pana, y como prenda de abrigo en invierno, el famoso "capote" fabricado en los telares de la comarca; de tela muy tosca pero muy resistente al frío y al agua, les llegaba más abajo de las rodillas, con una pequeña abertura en el parte inferior, con el fin de poder andar sueltamente e incluso correr, las mangas eran abiertas, muy prácticas para movimiento de los brazos; y para cubrir la cabeza en caso de mal tiempo, la capucha correspondiente.
        El calzado consistía en los "piugos" semejantes a calcetines, ésos si que eran de  pura lana virgen procedentes de las  ovejas propias, y que las mujeres, sobretodo en invierno, además de criar los hijos y hacer la comida para la familia, se dedicaban una vez lavada la lana, a cardar, hilar y seguidamente mediante una agujas especiales, a confeccionar estos toscos calcetines llamados  "piugos". Si el tiempo era malo, con nieve, barro o lluvia, se colocaban como defensa de esta primera prenda, unos  "piales " procedentes de piel de cordero de los que se morían  a los pocos días de nacer, ellos mismos lo curtían, y aquellos que se los sabían poner bien, una  vez puestas y apretadas las  "abarcas " con sus correspondientes correas, el susodicho calzado, podía hacer competencia  para el fin que estamos tratando,  al mejor calzado de la época.
  Las mujeres casadas  e incluso muchas mozas, vestían  "saya" larga hasta más abajo de las rodillas, y que ellas mismas se lo confeccionaban procedentes de sus ovejas, de medio cuerpo arriba,  la "chambra" abotonada hasta el cuello, las medias de lana un poco más finas que los  "piugos",  el calzado que usaban lo más corriente, eran las "abarcas" semejantes a las de los hombres.

Girona, octubre, 2002.